De la playa de Famara a Macenas


 

Sentado al amparo, primavera 2021.

Va de playas, de Famara a Macenas. 12/04/2021

Llamo tradicionalmente a esta columna opinativa “sentado a la fresca”, que escribo en verano, cuando hay más tiempo libre para dedicar a esta pequeña pasión, que es estar en contacto con quienes por aquí transitan en nuestro Levante.

Me pongo al teclado, en los comienzos de la primavera 2021, sin olvidar a los afectados por la pandemia, mi afecto a las familias golpeadas, esperamos ver una salida al maldito virus en poco tiempo, hay que cuidarse.

Como les decía “sentado al amparo” de los aires de la sierra, es la costumbre a principio de la primavera, cuando los días se levantan fríos en este Levante, aunque yo recuerdo esta expresión, también sensación, en otoño-invierno, cuando bajaba de Madrid al altiplano y salía con la escopeta y la mediamanta, me pasaba la mañana o la tarde al amparo de un chaparro o un ribazo, con el sonido del viento, lejos del murmullo de la gran ciudad, volvía a casa de mi abuelo (qepd), sin disparar un solo tiro, mi abuelo no comprendía como volvía casi siempre con el morral vacío, él que concebía la caza como una forma más de sustento, si no cazaba nada, volvía con setas o con collejas, en una época sin frigoríficos y que la carne fresca estaba en el corral o en el campo.

Aclarada la expresión, les hablo de playas y sensaciones. Hace unos años Lanzarote y sus playas fueron mi lugar de fin de semana, cuando vives cerca de un aeropuerto como el de Madrid, en poco más de tres horas estas en Lanzarote, bastante menos tiempo que el desplazamiento por carretera al Levante, además de que hay que ceder si convives con alguien, no siempre la tierra de origen puede ser el destino.

Allí en el norte de la isla esta la playa de Famara, rodeada de dos pequeños nucleos de urbanizaciones, una playa abierta al Atlántico, que te atrae y te engancha, la misma sensación que tengo en nuestra playa levantina de Macenas.


Famara, es la humedad del Atlántico, las rocas volcánicas sobre la arena, la arena volcánica, las cometas de los que saltan sobre las olas, y la gran muralla rocosa sobre la que chocan las nubes.


Macenas, es Mojacar, urbanizaciones blancas y algunas cosas a cuidar, las rocas de las minas de hierro, la arena con las piedras del Mediterráneo, sus rocas agrestes junto al Pirulico, con alguna piedra volcánica también sobre la arena.

Famara es soledad, un lugar no masivo con paseantes que no alteran el sonido de las olas, en Macenas se comparte también esa sensación no masiva.


Sentado sobre nuestra playa levantina de Macenas, con las espaldas protegidas por la sierra, por el castiillo y la Torre vigia, estan esos momentos que cada uno debe buscar.

Grito aquí serenamente, para que cuidemos estos espacios naturales, para que muchas generaciones puedan disfrutar de estas sensaciones.

Dejo aquí mi homenaje y admiración a la isla canaria, un gran ejemplo para muchos temas relacionados con el desarrollo turístico y el respeto al medio ambiente. Sigamos la senda de Lanzarote.